Todo en manos de Dios

5.5.13

Cuantas cosas me ha enseñado Dios desde que le abrí mi corazón. Cuantas cosas han cambiado en mi vida. Y hoy puedo hablar con toda la claridad del mundo; nunca he sido más feliz que ahora. Y aunque la felicidad consta de momentos, creo que esto ha sido constante. Y aunque diariamente me enfrento a situaciones que ponen a prueba mi Fe, y todo lo que he ganado durante esta gran batalla, recuerdo que no son más que problemas "de la tierra", como siempre les he llamado, problemas que siempre tendrán una solución, problemas "normales", problemas que extrañe durante mi instancia en el hospital. Y aunque también duelen y cuestan trabajo solucionar, Dios siempre me muestra el camino. ¿Cuantas veces me han preguntado que como le he hecho? Y, todas las veces respondí que fue Dios. Sigue siendo Él, quien obra en mí. Quien obra en mi familia. Quien reina en mi corazón. Entre más se de Él, entre más me muestra su infinito amor, mas quiero saber de Él, mas quiero permanecer con Él, mas quiero entregarme a Él, y ser su instrumento. Creo que estoy enamorada de Dios.
El cáncer dejo una huella tan grande en mi familia y en mí, pero tiene el sello misericordioso de Dios.

En la última entrada, les comente que me iría de misiones junto con mis fraternos. Duramos 9 maravillosos días en campo misión, y fue maravilloso. Tenía más sed de Él, que nunca!! Y el amor que nos mostró a través de la gente del pueblo, y de todas las experiencias que vivimos allá; nos refresco. Nos llenó de Él, y nos enamoró. Ahí, pude enterrar mi dolor. El dolor del que les estuve hablando en algunas entradas pasadas.

El dolor de no entender que pasaba en mi vida, en mi familia. Quizá el luto de la Alejandra anterior. Y la bienvenida de esta Alejandra; que nunca soñé, ni imagine, pero que es mejor que la anterior.
Enterré el dolor de la incertidumbre, del miedo, del cansancio, de la decepción y de no entender los planes de Dios. Enterré la angustia de ir a hospitales, de ver a mis médicos, de mis análisis, de mis estudios. Enterré el miedo a fracasar, el miedo a no lograr lo que quería, el miedo a no cumplir mis sueños. Enterré el inmenso dolor de perder a personas que sentía tan parte de mi vida, no físicamente, pero emocionalmente. Enterré todas mis inseguridades, y el miedo al que dirán. Sembré esa semilla de amor propio, y la puse en manos de Dios, para que el la hiciera crecer, sin caer en la soberbia, y manteniéndome siempre en la virtud de la humildad. También, puse en las manos de Dios a aquellas personas que me dieron la espalda, pero que siempre volvían por alguna u otra razón a mi vida. Y llore todo lo que no había llorado, purifique mi alma, porque como siempre lo he dicho: el dolor es necesario para purificar el alma. También sembré la semilla del servicio en mi corazón, porque nunca he sido más feliz que cuando le sirvo a Dios. La puse en sus manos, para que la regara con todo su amor, para que me llenara de aliento cada vez que sintiera duda, para que me siguiera dando fortaleza, y para que mi Fe siempre este alimentada. Y así fue, en cada uno de los encuentros espirituales que tuvimos allá, le pedí lo mismo. Y cada vez fui llorando menos. Cada día logre superar todo aquello que estaba fuera del alcance de mis manos. Pero que fácil se dice!! Aun teniendo el conocimiento de que no hay mejor lugar para depositar mi vida, que en las manos de Dios. Fue difícil, no lo hice durante varios meses, cuando toda esta carga emocional estaba sobre mis hombros.

¿Cuantas veces dije: "esto no es mi culpa, no es la tuya, pero la enfermedad la tengo yo; así que es mi culpa"? ¿Cuantas veces me desespere, intentando ser la Alejandra anterior, sacando lo mejor de esta Alejandra? ¿Cuantas veces me esforcé por ser alguien que a mí no me agradaba? ¿Cuantas veces llore, por no tener una respuesta a todo esto? Y, ¿cuantas cosas calle, para que no sufrieran por mí?

El cáncer va mas allá de lo que la gente alcanza a ver. Al principio se vuelve borroso e incomprensible. Después, poco a poco, vas comprendiendo la gran obra de Dios en ti, y bueno, no solo en ti, si no en todos los que te rodean, porque cuando aceptas su llamado, lo aceptas en tu vida, con todo y todo, te empieza a usar como instrumento.

Y bueno, para no hacérselas más larga. Volví de misiones, y creí que ya había cerrado ciclos, y había enterrado cosas. Y entonces viene la verdadera prueba. Alejandra, aferrada a algo en lo que Dios ya estaba obrando, en silencio, y con un tiempo. Y entonces, comenzaron a crecer todas las semillas que había sembrado en mi corazón. Poco a poco Él fue abriendo mis ojos, y me mostro el verdadero camino. Y aunque también dolió, el sano ese dolor. Y no sé cómo se escuche esto, pero creo que cada bendición que voy descubriendo en mi vida, es un regalo más que Él me da, pero que tuve la oportunidad de ver, gracias a que deposite mi vida en sus manos.

Me encuentro plena, me siento plena. Tampoco sé si esto se escuche algo soberbio o egocéntrico, pero me siento orgullosa de mí. Sin embargo, sé que cada logro ha sido por Él, y para Él.
Ya casi acabo mi semestre en la escuela, y aunque no estoy en el semestre que debería de estar, estoy intentándolo de nuevo, y hay días que me cansa y me arte, pero entonces algo o alguien me recuerdan por todo lo que pase, y le doy las gracias por permitirme hacer esto. También volví al trabajo, y esta semana ya estaré todos los días, que mayor bendición que hacer lo que más amo!. Justo este fin de semana, me dieron la oportunidad de volver a las pasarelas, y ya imaginaran mi felicidad!! Mi familia está bien, con problemas como todos, pero tenemos la bendición de la salud (dije TENEMOS jajá), y trabajamos día con día, los unos con los otros, por el mismo amor que nos ha unido siempre. No puedo decir que tengo todo lo que quiero. Tampoco puedo decirles que mi vida es perfecta, por supuesto que no lo es. Mucho menos que yo lo soy! O que todo lo que hago está bien; no es así. Me equivoco como todos, tengo tantos defectos y tantos errores. Soy un ser humano, me equivoco casi todos los días!! Aun me quejo por tantas cosas.
Pero hoy, mi meta no es ganar, ni ser la mejor, mucho menos ser perfecta. Hoy, mi único propósito, es saberme mejor que ayer.
Dios me ha dado todo lo que yo le he pedido. Mi único trabajo es agradarle!!


Pd. Ya no estoy ni tantito pelona, pero les sigo mandando besos!! Jaja!
Pd2. GRACIAS POR TODO Y POR TANTO.
Pd3. Gracias por todas sus oraciones!!!!
Pd4. Aunque pensé que pasaría más tiempo para decir esto; comienza la cuenta regresiva para mi siguiente PetScan. Todo en manos de Dios.