Un día a la vez

29.4.14

No tengo ni la menor idea de lo que suceda mañana, de lo que Dios tenga preparado para mí a partir de mañana. No conozco mi futuro, ni tengo ninguna certeza de él, pero hoy, hoy me siento plena, feliz, en paz. Hoy sueño e intento alcanzar mis metas, hoy me pongo a prueba, y me digo a mi misma cada vez que pienso que no puedo: "si puedes, si has podido". Hoy agradezco cada una de las bendiciones que Dios me da sin siquiera merecerlas. Hoy río por segundos, que últimamente parece que río por horas, pues esa risa pasa por cámara lenta dentro de mi mente, como si supiera que mañana... mañana yo no sé si pueda reír así.
Hoy disfruto la "monotonía" del día a día; muchos le llaman así, yo le llamo milagro. Para mí es un milagro poder abrir los ojos y que lo primero que yo vea sea la luz del sol pasando por mi ventana y no los reflectores del hospital. Es un milagro poder levantarme de la cama sin ningún cable enredado en mi cuerpo. Es un milagro arreglarme sin la ayuda de mi mama o el cuidado de mi papa. Es un milagro poder bajar las escaleras, aunque muchas veces mis rodillas truenan, pero las estoy bajando por mi cuenta, nadie me ayuda, es un milagro. Es un milagro sentir los rayos del sol que queman y no sentir el frió de todos los aparatos que usaban para el control de mi salud.

 Hoy sonrío por la lluvia, por el aire, por el sol y las nubes. Hoy reflexiono y le pido a Dios por cada persona que se cruza en mi día y me regala un buenos días, buenas tardes, un por favor y un gracias; y los siento como lluvia de bendiciones hechos para que yo sonriera y tuviera un día feliz, y digo para mis adentros: "cuan bella es la creación de Dios".

Hoy vivo y tengo que aceptar que disfruto del estrés de la escuela, de la ciudad, de las pequeñas pero inevitables preocupaciones de todos los días, y digo: "¡Gracias Señor!". Le doy las gracias por que hoy es un proyecto final lo que me mortifica, hoy son todas mis ocupaciones las que me quitan el sueño y no me dejan dormir, hoy es el poder caminar y caminar el que hace que me duela el cuerpo,  hoy son mis hormonas, las películas, cualquier platica tonta las que me hacen llorar y no el dolor o la soledad. Hoy beso a mi madre y abrazo a mi padre para despedirlos, y ya no me da miedo el mañana, ya no los despido entre lágrimas pensando en que tal vez no los vería,  y no es porque no pueda suceder nada mañana, sino al contrario, puede suceder todo, pero hoy por hoy están a mi lado, y ese beso y ese abrazo los llevo hasta el final del día como si fuera la fuerza que me impulsa a dar lo mejor de mi hasta el último minuto de ese día.

Hoy pasan tantas cosas, hoy Dios me da tantos motivos para sentirme amada y útil. Hoy Dios me demuestra que nunca me va a dejar sola, ni siquiera en esos días "monótonos", él se hace presente en cada parte de mi vida, hace que pasen cosas maravillosas, tan perfectas e increíbles, que no me da ni tiempo para pensar en el mañana.

Como dice mi mamá: UN DÍA A LA VEZ.

Sé que el sentimiento de plenitud no es para siempre, lo conozco perfecto y me conozco perfecto. Pronto serán tres años de vivir con cáncer, y me sé de memoria el mar de sentimientos que esto conlleva. Pero HOY, hoy le doy gracias, por estos últimos meses de subidas y bajadas, de grandes sorpresas, de muchas bendiciones. En estos últimos meses me ha dejado hacer muchas cosas que tenía pendientes y me sorprendió con muchas otras que no estaban en mis planes, me ha dado la fuerza para disfrutar cada minuto de cada día, incluso aunque mi salud no fuera la mejor. Dios es el que tiene la última palabra.

Como ya dije, no sé qué suceda mañana... en unas cuantas semanas vuelvo a realizarme el PET para ver (de nueva cuenta) como sigue el cáncer, como va mi médula a casi 7 meses del trasplante. En unos días voy con el neumólogo a que me baje o me suba la dosis de cortisona, la última vez me dijo que mis pulmones solo funcionan un 40%. Y a veces creo que Dios se ríe cuando los doctores me dan noticias así, cuando Dios quiere que las cosas pasen, pasan. Así que por hoy no tengo miedo, mañana, mañana ya Dios dirá.


"Por eso no nos desanimamos; al contrario, aunque nuestra condición física se vaya deteriorando, nuestro ser interior se renueva de día en día. Porque momentáneos y leves son los sufrimientos que, a cambio, nos preparan un caudal eterno e insuperable de gloria; a nosotros que hemos puesto la esperanza, no en las cosas que se ven, sino en las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas".
2 Cor 4: 16-18
  

2 comentarios:

  1. Las dificultades nos enriquecen. Nos trasladan del plano de la cotidianidad superficial y el ajetreo de la vida moderna a la dimensión espiritual, que es más profunda. Así mismo, al percibir el poder divino y ver como Dios nos saca adelante en situaciones difíciles, aumentan nuestra fe y nuestra esperanza en que Él velará por nosotros cualesquiera que sean las tempestades que se nos presenten.

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  2. Te felicito, enfrentas con mucha temple la enfermedad, expresas lo que yo jamás he podido hacer, casi todos tus comentarios me han llegado directamente al corazón, quisiera ser como tu, por desgracia solamente finjo valor, pero por dentro tengo mucho miedo (también estoy enfermo). Un gran saludo y abrazo, espero que superes todo.

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