365 DÍAS SIN CÁNCER

23.5.16

Hace poquito menos del año, por sólo unos días menos, llegaron los resultados de mi PET, aquel que me había realizado en Monterrey, y aquel, que como siempre, definía lo que pasaría con mi vida por los próximos meses.
Mis encuentros con estos estudios han sido tan variados, que, nunca se sabe que esperar. Pero lo cierto es que, algo dentro de mi, esperaba, anhelaba y aseguraba algo.. Temía a que ese anhelo le hiciera ruido a mi pequeño e inestable, pero hermoso presente, así que cada vez que pensaba en la posibilidad de que ese anhelo se confirmaría con la llegada de mi estudios, intentaba apagarlo, y así evitarme sufrir una decepción.
Pero ese día llegaron, y los leí, como he pasado tantas veces por esto, ya me siento experta en descifrar estudios médicos, pero la verdad es que nunca le entiendo a nada. Así que se lo deje al que sabe, a mi hermoso ángel terrenal: el Dr Batista. Marqué inmediatamente a su consultorio para hacer una cita, pero no había lugares para ese día, así que me la dió algunos días después.
Ese día mi mami me acompañó, y entramos por donde siempre, por ese grande e imponente hospital, que fue nuestra "hogar" por algunos años. Nos sabemos cada lugar al derecho y al revés.
Al entrar por las puertas giratorias, se sentía un ambiente familiar, mas no deseado.. un ambiente de nostalgia, de recuerdos, del pasado.. una emoción diferente al asimilar que ese hospital me habia visto llorar, reír, gritar, soñar, y asimilar un sin fin de cosas. Entramos al elevador y subimos a la segunda planta, donde se encuentra el consultorio de mi doctor. Nos pasaron al consultorio, y como siempre, saludamos al instrumento mas grande que Dios usó para sanar mi vida. Mi doctor recibiendome con un "Karlita" "¿como esta la pacientita mas hermosa?" y otros mimos que me suele hacer. Pasó a revisar la carpeta que llevaba mi nombre, con los estudios e imagenes de mi cuerpo y cerebro, donde indicaban donde había actividad de cáncer, o donde ya no había nada.

Fueron los 3 minutos mas largos de nuestras vidas, y mientras pasaban esos minutos, mi corazón latía más y más fuerte, porque ese anhelo que intentaba apagar, no se apagaba, ahí estaba diciéndome "es la verdad". Tome la mano de mi mamá, y en la expresión del doctor sólo podía ver esperanza, gozo, alegría; y eso hacia que aquel anhelo creciera más y más. Mientras el seguía leyendo a detalle mis estudios, mi mente volaba a otros espacios, pensando en todas las probabilidades que me traería el mañana, en todas las cosas que deseaba hacer, en todo lo que mi corazón quería, en todas las personas que me han acompañado, mi mente volaba y soñaba, y aunque eso no es raro en mi, en esos tres minutos pude soñar mucho más de lo que he soñado en toda mi vida.
El doctor nos miró y nos dijo: "Excelente, estas son muy buenas noticias, todo esta en orden, todo esta mejor de lo que debería de estar", y yo me alegre, pero pensé que era como una de esas veces en las que me decía que todo estaba en control, pero que aún no tenía la tan deseada remisión.
Bien dicen que los anhelos del corazón son fuertes y claros, y el mio lo fue. Después de aquellas palabras, el doctor pronuncio la frase que esperamos por 4 años: "Estas en remisión".

Hace 365 días mi ángel terrenal confirmó lo que por fe, mi corazón sabía: Dios me había sanado. Dios me sanó. Hace 365 días, me di el lujo de soñar con mi futuro, y pensar que había un millón de probabilidades de que lo tendría, y si no lo llegara a tener, al menos no sería por la enfermedad.
hace 365 días, entré a aquel hospital y recordé en un instante por todo lo que hemos pasado: por las noches sin dormir, por los abrazos mas honestos y sinceros, por el amor expresado, por las malas noticias, y por las buenas también; por el mayor anhelo de una familia, por el corazón roto en muchos días, por la esperanza con la que nos levantábamos cada día, por las comidas saludables hechas con amor, por el sentir que esa no era tu casa, pero te trataban como si la fuera; por el conocido amor de personas que eran desconocidos, por el enfrentamiento a la vocación; por las verdaderas y únicas amistades, por los nuevos amigos, por las nuevas historias; por una guerra que duró años, pero que LA GANAMOS.

Mis lagrimas corren en este momento, porque me siento pequeña comparada a las grandezas que ha hecho Dios en mi vida, y porque en esta misma pequeñez, no me cabe tanta gratitud, tanto amor, tanta alegria y tanta dicha. El Señor me salvó, pero no fue únicamente una sanación externa, fue interna también, y mientras tantas cosas me dolían, el me pulía y le daba paz a mi corazón. El Señor nos salvó, porque no solo me salvó a mi, salvó a mi familia.
Entre tanto dolor, el Señor nos miró con ternura y misericordia, y su infinito amor nos transformó.
El Señor me transformó, no en lo que yo quería ser, sino en lo que de verdad soy!!!
Tantas veces estuve a punto de perder mi vida, pero no la perdí, porque en mis adentros yo sabía que El tenía el control. El tiene el control. Y hoy sigo aquí, hoy río y lloro cuando quiero, hoy bailo, corro, canto y camino, hoy me enojo, disfruto, y valoro. Hoy no soy perfecta, no lo busco ser; hoy ESTOY VIVA.

"Gracias" es una palabra tan corta, pero es la única palabra que puede expresar lo que siento por cada uno de ustedes que me ha leído y acompañado de alguna u otra manera en este proceso.
A mis padres, por ser las personas que portan el amor de Dios hacia mi, aquí en la tierra. Los amo, fueron mi auxilio, mi fuerza, mi mayor motivación, mi pilar, MI TODO. A mis hermanas, por ser las mujeres a las que más admiro en la tierra, a su corta edad supieron vivir y afrontar enormes retos, son las mejores enfermeras, la mejor compañía, mi apoyo, mi escudo, mis cómplices, LAS AMO. A mi graaan familia, los quiero con todo mi corazón, gracias por dar TODO y MÁS de ustedes para que yo estuviera bien: familia, este es nuestro logro. A mis amigos, no soy la mejor de las amigas, y sin embargo, han estado ahí a cada momento, en cada etapa de mi vida, en las buenas, en las malas, en las peores, y bendito Dios, están aquí: en las mejores, LOS AMO.
A mis doctores, enfermeras, camilleros, nutriologas, servicio de apoyo: GRACIAS, siempre en mi corazón.
A todas las personas que no tengo la dicha de conocer, pero que fueron parte del proceso desde el anonimato, orando por mi y por mi familia: gracias, Dios les de más!!


"He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido"
Génesis 28:15

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