Y puede llegar a habitar...

19.1.13



El Señor le es siempre fiel a su palabra. Por eso, aunque pueda llegar a habitar el dolor en mi corazón, sé que no será para siempre, porque Él sabe cómo sanarme, sabe cómo reemplazar mis lágrimas, lo hace a través de las sonrisas que me rodean, y que en mi pasado nunca me di cuenta de que existían. Y puede llegar a habitar la desesperación en mí, y dominar mi mente, sé que el eliminara todo ese caos en mi interior, y sabrá mostrarme el camino de la paciencia y la sabiduría para afrontar los problemas, con la diferencia de que en mi pasado; todo lo tenía cuando yo lo quería y como lo quería, y después Dios decidió que ya era momento para nuestro encuentro cercano, y al principio no fue fácil dejarle mi vida en las manos de un Dios que no conocía, y El me mostro con toda su misericordia, lo que era ser paciente, y enferme. Así que hoy pienso, que hace algunos meses, fui la persona más paciente en el mundo, pero no por obra mía, sino porque Dios me respaldo en todo momento, el me sostuvo siempre que estaba a punto de caer. Hoy no puedo tener dudas de que el me ayudara a ser paciente y a tener sabiduría, porque en mis peores momentos, y postrada en una cama; me la dio. Y puede llegar a habitar el miedo y la incertidumbre en mi corazón, pero sé que mi Fe es más fuerte que cualquiera de mis miedos e incertidumbres, y mientras mi Fe va creciendo, mis miedos se van haciendo pequeños; y cuando a veces no me encuentro, y quiere ganarme la incertidumbre, Dios me muestra el camino, Dios me va dando las respuestas, pero esto no es por arte de magia; en mi pasado, el me dio todas las respuestas que necesitaba, pero nunca quise escucharlo, porque me sentía una persona suficiente, que no necesitaba de nada ni de nadie; y hubo un día que la enfermedad se apodero de mí, y empezó a necesitar de toda esa gente, pero sobre todo de Dios, y entonces, mi miedo hacia la enfermedad y hacia el luchar por mi vida, desaparecieron; nunca fue por arte de magia. Y puede llegar a habitar el odio en mi corazón, pero Dios no lo permite, porque si crees en Dios, sabes que Él es amor. Y yo lo sé. Y en mi pasado, llegue a pensar que tenía la fuerza suficiente para poder llegar a odiar a alguien, pero entonces enferme, y me quede sin esa fuerza mental para hacerlo, y aunque Dios siempre me dio todo tipo de fuerza, nunca me la dio para tener sentimientos negativos. Al contrario, me dio razones para amar más de lo normal, sensibilizo mi corazón e incluso me dio el poder de amar a quienes no conozco, y con el paso del tiempo, fue llegando más y más gente para llenarme de amor, no fue arte de magia. Y puede llegar a habitar el rencor en mi corazón, pero entonces entendí que yo no ganaba nada guardando el rencor en mi corazón, si no por el contario, le quitaba espacio a todo el amor que podía dar y recibir. Pero sobre todo entendí, que yo no soy nadie para juzgar, que para eso ya hay un Dios, nuestro Dios. Y puede llegar a habitar la soberbia en mí, y quizá sea difícil intentar sacarla, pero después entendí que yo no soy nadie y toque fondo, me arrepentí de cuanto hice e incluso de lo que no, y me postre de rodillas ante El, y luego cuando yo pensé que no era nada y no tenía nada, El me corono, y me hizo saber cuánto me ama. Y puede llegar a habitar la enfermedad en mi cuerpo, y entonces tendré que aplicar todo lo que he dicho antes, y ante todo no temeré, porque mi vida siempre estuvo en sus manos. Y entonces el me hizo una promesa, y después de meses enteros de lucha, dolor y cansancio, me mantuve siempre firme en creer en su palabra. Y después me sano. Pero antes de trabajar en mi cuerpo, trabajo en mi corazón.
"El señor le es siempre fiel a su palabra"


Pd. He andado algo distraida, y hace unos dias me enferme y me quizo dar una neumonia, asi que por eso no habia escrito, prometo no abandonarlo.
Besos de una pelona que los ama!
aleexandra.bc@hotmail.com

Planes sin el cáncer.

4.1.13


Está claro que todos vivimos planeando nuestra vida, si no sale esto bien, hago esto o aquello. Tenemos siempre marcadas las opciones, numeradas lo que creemos nuestras prioridades. Muchas veces dejamos para mañana lo que deberíamos de hacer hoy, y quizá suene tan mareada esta frase, pero tiene tanto sentido. No sé a partir de qué momento, los humanos nos volvimos tan egoístas, tan conformistas y a la vez tan "en la luna". Nunca he estado en contra de estar siempre más allá, y escalar, y perseguir tus sueños. Al contrario, creo que siempre he intentado perseverar en ellos, aunque se vea tan difícil, muchos de mis sueños los he alcanzado. Cuando no lo he logrado, he optado por mis marcadas opciones, y he actuado según lo que creo que son mis prioridades.
Desde pequeña he soñado con ciertas cosas, y conforme fui creciendo, esos sueños se fueron haciendo más sólidos, más grandes, con más detalles, con una fecha y un plazo, y muchas veces se hicieron más cercanos. Siempre había planeado mi vida de esta forma: Tener muchos amigos, obtener las cosas materiales que siempre he querido (y como toda mujer), estudiar lo que más me ha gustado desde que entre al bachilleres; Mercadotecnia, ser exitosa, trabajar en la organización de eventos y marketing, después tener mi propio despacho, viajar mucho y conocer lugares interesantes, tener un noviazgo sólido y aceptado por mi familia, con el paso del tiempo; casarme totalmente enamorada, planear una boda hermosa y llena de amor, que mi mejor amiga sea la madrina de los anillos, tener una casa que llamaría hogar, tener dos o tres hijos. Incluso planee que sexo serian, dos niños y una niña. Verlos crecer, viajar con ellos. Tener una hermosa y exitosa familia. Y también están mis sueños más lejanos, como el ser modelo; el cual cumplí. Llegar a ser una instructora; el cual también. Tener un trabajo a mi corta edad, y sentirme orgullosa de mi, y que mis jefes se sintieran igual de orgullosos; y creo que también lo logre.
Y puedo decir mil cosas más, mil momentos en los que he estado planeando. Y es que, así somos los humanos, planeamos para vivir, pero nunca vivimos realmente el momento. Y eran tantos mis planes y sueños, como ya alguna vez lo dije...
Tú planeas, que harás mañana, tienes agendado tu día, sabes que te pondrás, que quieres y que no quieres. Y así como tienes planeados tus días, planeas tus años, que quieres en cierto momento, a quien quieres en tu vida. Vives persiguiendo sueños, muchos de ellos se convierten en capricho, pero sigues intentándolo de una manera obsesiva, y así pasan los meses e incluso los años. Y un día, enfermas, crees que es un resfrió, una pequeña infección, y ni siquiera te tomas el tiempo de ver que es lo que está pasando con tu vida, porque tú sigues planeando que harás en cuanto te recuperes, a quien le hablaras para que te visiten, mueves tu agenda por unos cuantos días, y te quejas del maldito resfrió... Días después, los doctores no tienen un diagnóstico acertado, y tienen que hacerte un montón de análisis, a los cuales tu no estas acostumbrada. Y bueno, ¿Quien planea en su agenda el estar en un hospital?, y más aún cuando podrías estar haciendo cosas más productivas. Te comportas egoísta ante el dolor de la gente. Solo te importa tu dolor, fijarte en las carencias y en el dolor de tu prójimo no está en tus planes, porque es perder tiempo, o porque simplemente no se te da la gana de voltear a ver qué hace falta. De nuevo te quejas por el maldito hospital. Y empiezas a sentir dolor, y no un dolor emocional, de esos que te dan porque tus papas no te compraron lo que deseabas, o porque reprobaste cierta materia, o porque no pudiste ir a tal parte, porque nada de eso estaba en tus planes, es un dolor diferente; empieza a convertirse en un dolor físico, el cual no puedes controlar en una agenda, y que tampoco estaba planeado... Y al final de la semana te dicen que ese dolor, es causado por algo que nadie tiene en su agenda; el cáncer.
El día que el cáncer llego a mi vida, no solo sufrí físicamente, sufrí emocionalmente, no solo por el hecho de que la enfermedad no era algo planeado o esperado. Si no porque hay algo tan grande encima de ti que no te deja hacer un solo plan en tu vida, todo lo que siempre has soñado está en un stand vi, está en pausa, está en un ya veremos... El día que el cáncer llego a mi vida, me quito toda la posibilidad de ver mi vida planeada y hecha al pie de la letra. El día que el cáncer llego a mi vida, junto con todos sus males, incluyendo el hospital, las terribles quimioterapias, el dolor físico, el desgaste mental, el cansancio, las radiaciones, las intervenciones quirúrgicas, ese día me di cuenta que yo no era la única que sufría... Ese día empezó a ver que había tanta gente, tan mal y muchas veces peor que yo, y poco a poco me sensibilice, y eso jamás estuvo en mis planes. Dejar de hacer planes, no significa dejar de soñar, significa dejar en las manos de Dios lo que tú no puedes controlar... Y toda la historia ya se la saben ustedes. Yo hoy no tengo mucho que decirles de mis días, yo solo les comparto esto, no para que vean lo fácil que ha sido - porque Dios sabe lo mucho que me costó -, ni para que se dé a conocer mi historia y cada una de mis aventuras con la enfermedad, no. Hoy solo quiero dejarles con mi dolor, que valoren lo que tienen como lo tienen. Se los digo con lágrimas en los ojos, sé que estoy en remisión, pero es horrible vivir todos los días con la incertidumbre de no saber si el fantasma del cáncer esta por ahí. También estoy enormemente agradecida con Dios, por la bendición que me ha mandado, porque lo he dicho un millón de veces, el cáncer es una bendición. Pero nadie se imagina cuanto me dolió entenderlo, y aceptarlo para yo poder contárselos aquí.
Dejemos de ser egoístas, dejemos de vivir por y para nosotros, nuestra vida solo es un pequeño lapso de tiempo... Y nunca está en nuestra agenda el que acabe.

Hoy les pido sus oraciones por mis compañeros de batallas. 
Bendiciones siempre!

"He tenido muchas cosas en mis manos y todas las he perdido, pero lo que he puesto en manos de Dios, eso es lo que aun poseo" M. Lutero
Mi vida esta en tus manos Señor.